Estando el capitán Volquete y su compinche el Carretilla descansando confortablemente en la costa de Benidorm, después de haber vendido un cargamento de botas de cocodrilo de contrabando, sucedió un hecho inimaginable. Tanto a nuestro capitán como a su inseparable amigo comenzaron a sangrarles los tímpanos en cuanto escucharon en la radio del chiringuito este temazo:
Ni que decir tiene, que nuestros dos antagonistas aparcaron sus vacaciones para dar busca y captura a este Paolo Salvatore y le dejaron la cabeza como un saco lleno de bolis. Nunca un acto de justicia fue tan poético.
miércoles, 25 de noviembre de 2009
martes, 10 de noviembre de 2009
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